Los romanos realizaban tres comidas al día: el desayuno (ientaculum), comida (prandium) y cena (cena). La cena era la más abundante y se componía de varios platos:
- Entrantes (gustatio): Huevos, verduras, setas, ostras y marisco
- Platos Principales (cenae): Platos elaborados de pescado y carnes. Se dividían en dos partes:
- Primer plato (prima cena)
- Segundo plato (altera cena)
- Postre (mensae secundae): Pastelería y fruta
Se realizaban en el comedor o triclinium reclinados en torno a una mesa.
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